Con 345 millones de personas que enfrentan una inseguridad alimentaria aguda, las palabras son importantes, pero lo que realmente necesitamos es acción. El G7 tiene el potencial de sacar a la gente del borde de la inanición y poner fin al inmenso sufrimiento humano.
Queda el problema de cómo. No somos políticos. Somos trabajadores humanitarios. No podemos decirles a los políticos qué hacer y qué decisiones tomar. Pero es nuestro trabajo alertar a la comunidad internacional de lo que estamos presenciando mientras trabajamos para salvar y cambiar vidas en más de 120 países.
Las 5 llamadas a la acción del WFP
- Comprometerse con soluciones políticas para poner fin a los conflictos ya – incluida la reapertura inmediata de todos los puertos del Mar Negro
- Asegurar que el comercio esté abierto para entregar granos, petróleo y combustible
- Apoyar y unirse a iniciativas globales y regionales para combatir el hambre y la inseguridad alimentaria en el mundo
- Llenar el déficit de financiación actual del WFP para garantizar que las crisis actuales no se multipliquen o aumenten el número de personas que padecen hambre en todo el mundo
- Invertir en soluciones de desarrollo estratégico que construyan comunidades resilientes y promuevan acciones climáticas, protección social y sistemas alimentarios sostenibles, lo que permitirá a las organizaciones humanitarias y de desarrollo cambiar vidas a largo plazo. De esta manera, pondremos al mundo en el camino hacia una paz y una estabilidad más amplias.