El contexto
El observatorio ciudadano de León (julio 2016) nos dice que León es la ciudad más importante del Estado de Guanajuato, es parte del grupo de municipios que conforman el llamado “Diamante de México”, en el que se concentra el 4.2 del PIB nacional ocupando así el 7 ° lugar en la aportación del PIB. A pesar del avance en infraestructura y mercado, en León se da un contraste relevante, de acuerdo al CONEVAL (2014), al ser el 4° municipio del estado de Guanajuato con mayor número de personas en estado de pobreza (600,145 personas) y el 8° en situación de pobreza extrema (66,687 personas). A raíz de la pandemia generada por el COVID 19, estas cifras han aumentado, sin tener todavía el dato exacto.
Este proyecto educativo se ubica principalmente en cuatro comunidades rurales: Ladrilleras del Refugio, Lomas del suspiro, Los Sauces, Los López ubicadas en el suroeste del municipio. Estas comunidades que se han caracterizado por temas tales como: inseguridad pública, financiera y socioemocional; drogadicción, alcoholismo, suicidios y homicidios, robos (a casa habitación y calles, instalaciones escolares, templos), rupturas familiares y vecinales, violencia familiar, deserción escolar, bulliying, abandono de adultos mayores, niñas, niños y adolescentes. Al igual que afecciones en la salud, por ejemplo desnutrición, enfermedades respiratorias, problemas oculares, agotamiento laboral (largas jornadas, empleo mal remunerados, abandono a las familias por las horas laborales y la fatiga) machismo, alto índice de embarazos adolescentes, acoso y abuso sexual e incesto.
Además, existe un aprendizaje arraigado a castigar y golpear a los niños y las niñas, y ellos a su vez, replican este comportamiento dentro de los espacios de convivencia. Las formas de convivencia se basan en la competencia, tratando de desvalorizar al compañero con tal de sobresalir, sin embargo, dicha competencia en regulares ocasiones es propiciada por los adultos interiorizando así esta forma de relación. Observando así que en las tres comunidades existe desvinculación con la comunidad humana y ambiental.
En la actualidad con la crisis de la pandemia a nivel mundial, estas comunidades se han visto afectadas en todos los niveles, el hecho de convivir las 24 horas los 7 días de la semana, han incrementado los índices de violencia a las mujeres y los niños, el desempleo está a la alza lo cual provoca sentimientos de frustración y desesperanza en los hombres y mujeres de las comunidades; algunas madres de familia se han enfrentado a la sobrecarga de acompañar a las hijas y los hijos en temas escolares, los adultos mayores están sufriendo maltrato y abandono, los jóvenes se ven limitados en continuar con los estudios porque no cuentan con los dispositivos necesarios ni el acceso al internet, las niñas y los niños presentan falta de concentración, motivación y compromiso en la escuela a distancia.
El objetivo general
Construir junto con las y los participantes la construcción de relaciones sanas de convivencia, el desarrollo de habilidades y competencias de participación ciudadana, de organización comunitaria, de cooperación y de cuidado integral, es decir, de la person a la familia, la comunidad, las cosas y el medio ambiente.
Lograr que las y los maestros se apasionen por la educación; las madres y padres de familia eduquen con ternura; las niñas y niños vivan felices para contribuir a reconstruir las comunidades con relaciones sanas, libres y propositivas.
Las actividades
La puerta de entrada y de nuestra colaboración educativa en estas cuatro unidades rurales fue la escuela primaria pública, y a partir de un proyecto de convivencia escolar y de la realización de misiones educativas en verano y diciembre, hemos ido acercándonos a las comunidades y conociéndose más desde dentro. Nuestra intervención es mediante talleres vivenciales una vez a la semana, donde a partir de una metodología lúdica y participativa damos herramientas para la construcción de relaciones de convivencia sana a las y los maestros, madres de familia y las niñas y niños.
Los talleres, de con una duración de una hora y media, responden a una planeación realizada a partir de un diagnóstico inicial realizado con los distintos grupos al inicio del ciclo escolar.
El desarrollo de los talleres consta de las siguientes partes, y con un contenido específico cada sesión: Bienvenida, tiempo de meditación o respiración consciente, dinámica comunitaria (técnica socioemocional), construcción y revisión de acuerdos grupales, juego cooperativo, reflexión a partir del juego, evaluación tareas de seguimiento y cierre.
A partir de la contingencia, y por consecuencia el cierre de las escuelas, hemos dado seguimiento a través de la elaboración de materiales educativos (un periódico, un programa de radio, videos cortos para el cuidado de la salud con medios alternativos, videos de cuidado emocional, sesiones de escucha a madres de familia y profesores) su producción es de manera semana, y se hacen llegar a través de las y los maestros a la familia de forma digital o impresa.
Los resultados
La disposición de mamás, maestras y directores para facilitar la formación de toda la comunidad educativa en la participación y la convivencia para lograr un bien común, permitió avanzar. Fue clave la participación de las mamás porque en las escuelas donde mejor respondieron, mejores resultados se observaron. Cada vez se fue reconociendo más la importancia de la participación. En los grupos de estudiantes de las tres escuelas se les observaba más familiarizados con la metodología y les resultaba más fácil hacer propuestas y construir acuerdos. En el trabajo a distancia con familias se pudo reforzar lo que se había trabajado, se creó un espacio de escucha y contención para las y los docentes.