Empiezo agradeciendo la oportunidad de participar en el FPAN 2024 de manera presencial en la sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York. Si bien es un evento que se puede seguir en línea, no cabe duda de que estar de lleno, incluyendo el ambiente en los pasillos, las cafeterías y comentando con las personas vecinas de asientos, incluso sin conocerse, resulta algo único y verdaderamente motivador.
Me gustó mucho poder ser testigo del diálogo entre representantes de los distintos países, escuchando sus búsquedas, sus confirmaciones y cuestionamientos. Una pregunta que me acompañó durante este tiempo es acerca del concepto de ‘Desarrollo’ que está detrás de cada una de las intervenciones, sobre todo al escuchar calificativos que describen a los países como menos desarrollados o en vías de desarrollo, en contraste con los que se consideran desarrollados lo que en muchos casos es debatible.
Por otro lado, ha sido interesante ser más consciente de distintas situaciones de las que no tenía contexto, como el grave conflicto que Yemen sostiene desde hace años, al reportar retroceso en el progreso de los objetivos, cuando otras de las naciones vecinas como Omán muestra avances, destacando por su importante capital. De otra manera, la ocupación rusa en territorio de Georgia… En ese sentido, fue muy emotivo presenciar declaraciones de Ucrania y Palestina, e incluso de la Santa Sede, cuando se referían al ODS 2 respecto al Hambre Cero, argumentando que hay recursos suficientes para cada ser humano y que deben de ser distribuidos con justicia y equidad, por tanto, el hambre es criminal.
Algo que valoro es reconocer el papel de la sociedad civil organizada, en particular a través de la JCoR (Coalición de Religiosos por la Justicia) de la que me he sentido parte activa desde hace un par de años, aprendiendo más de las posibilidades de gestionar cambios en las políticas, a través de amplificar y unir las voces de quienes trabajan desde la base.
Son varios los aprendizajes que me quedan, en especial el formar parte del colectivo de organizaciones de la sociedad civil de México. Agradecida también con My World México, institución a cargo de coordinar el proceso de respuesta al Informe Nacional Voluntario del gobierno. Me pareció que su apoyo y liderazgo en este esfuerzo nacional de seguimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible fue llevado de manera profesional. Me siento afortunada por haber sido portavoz del posicionamiento oficial redactado.
Termino con la esperanza de llevar los discursos a la práctica, como quedó patente al asumir el compromiso cada una de las delegaciones asistentes a la sesión de clausura. En lo concreto, me parecieron muy positivas e iluminadoras las sesiones de compartir buenas prácticas de lo que organizaciones y congregaciones estamos haciendo, buscando conexiones y vínculos para fortalecernos mutuamente.
Esta experiencia la viví acompañada, gracias a Margaret Mwarili rscj, nuestra representante ante la ONU por la acogida. Además de Helen O’Regan rscj y Nancy Murphy rscj, junto con Zsófia Trásy, novicia de Hungría, que fueron mi comunidad durante esas dos semanas.
Maricruz Trigueros Manzo rscj