“Pues en Cristo Dios estaba reconciliando el mundo con él…
sino que a nosotros nos entregaba el mensaje de la reconciliación.”
2 Corintios 5:19
El sexto foro cristiano anual para la reconciliación en el noreste de Asia se realizó del 27 de mayo al 1 de junio en la Isla de Jeju, Corea del Sur. Al foro asistieron cerca de 90 líderes cristianos (académicos, educadores, periodistas, practicantes, pastores y líderes de iglesias y parroquias) de China continental, Hong Kong, Japón, Corea, Taiwán, los EE. UU. Y Canadá. Cuatro RSCJ participaron en el foro: Choi Hae Young, Kim Young Ae y Mary Zhou de la Provincia KOC y Yukiko Aoki de Japón.
Durante cinco días, los participantes del Foro estudiaron una visión bíblica de la paz y la reconciliación, peregrinaron en el contexto de Jeju, clamaron y dieron testimonio de esperanza, reconocieron los desafíos contextuales de un ministerio de reconciliación en el noreste de Asia y buscaron nuevos lugares de colaboración y asociación.
El foro es un programa central de la Iniciativa de Reconciliación del Noreste de Asia (NARI), que fue fundada en el año 2012. NARI se basa en relaciones mutuamente transformadoras entre las siguientes organizaciones: el Centro para la Reconciliación Duke Divinity School, el Comité Central Menonita, e instituciones y líderes en el noreste de Asia. Nuestra hermana Choi Hae Young forma parte del consejo que promueve la colaboración ecuménica.
La siguiente oración, compartida y pronunciada durante el foro, expresa nuestras esperanzas y deseos hacia nuestra misión común, a pesar de los conflictos, divisiones actuales y las heridas históricas que nos enfrentan en esta región.
Somos Profetas de un futuro que no es nuestro
Una oración escrita por el obispo Ken Untener, y atribuida a San Oscar Romero de El Salvador.Ayuda, de vez en cuando, dar un paso atrás y dar una visión a largo plazo.
El Reino no sólo está más allá de nuestros esfuerzos, sino más allá de nuestra visión
Logramos en nuestras vidas solamente una minúscula fracción de la magnífica empresa que es la obra de Dios.
Nada de lo que hacemos está completo, que es una forma de decir que el Reino siempre está más allá de nosotros.
Ninguna declaración dice todo lo que se podría decir.
Ninguna oración expresa plenamente nuestra fe.
Ninguna confesión trae la perfección.
Ninguna visita pastoral trae la plenitud.
Ningún programa cumple toda la misión de la Iglesia.
Ningún conjunto de metas y objetivos lo incluye todo.
En esto consiste nuestra existencia.
Sembramos las semillas que un día crecerán.
Regamos las semillas ya sembradas, sabiendo que ellas contienen la promesa del futuro.
Sentamos bases que necesitarán de un futuro desarrollo.
Proporcionamos levadura que produce más allá de nuestras capacidades.
No podemos hacerlo todo, y hay una medida de liberación en reconocerlo.
Esto nos permite hacer algo, y hacerlo bien.
Puede ser incompleto, pero es un principio, un paso en el camino,
Una oportunidad para que la gracia del Señor entre y haga lo que falta.
Tal vez nunca veamos el resultado final, pero esa es la diferencia entre el constructor maestro y el trabajador.
Somos trabajadores, no constructores maestros; ministros, no mesías.
Somos profetas de un futuro que no es, del todo, nuestro.
Yukiko Aoki rscj