La Comisión 65a de la ONU sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW65) se llevó a cabo del 15 al 26 de marzo de 2021. El tema principal fue
“La participación plena y efectiva de las mujeres y la toma de decisiones en la vida
pública, así como la eliminación de la violencia, para lograr igualdad de género y
empoderamiento de todas las mujeres y niñas”.
La Oficina ONU-ONG, a través de Lisabeth Kelly y Sheila Smith rscj, participó en este evento virtual de la siguiente forma:
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Presentó conjuntamente una declaración escrita a los Estados de las Naciones Unidas sobre la eliminación de la violencia contra la mujer.
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Participó de forma virtual en el Foro de la Sociedad Civil de la CSW65, que se desarrolló en paralelo al programa oficial del gobierno de la CSW.
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Copatrocinó un evento paralelo sobre la violencia doméstica y la degradación de nuestra casa común.
Declaración Escrita
Junto con las Congregaciones de San José, la Comunidad de Loreto (Hermanas de Loreto), las Hermanas de Notre Dame de Namur, la Casa Generalizia della Societa del Sacro Cuore (nuestro nombre oficial del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas) presentó conjuntamente una declaración escrita.
Resumen: Para que la mujer participe plena y efectivamente en la toma de decisiones políticas, debe sentirse segura en sus relaciones, hogares y comunidades. Para que eso suceda, la violencia contra las mujeres y las niñas debe cesar. Sin embargo, durante la pandemia de COVID-19, las mujeres que ya en riesgo de violencia están menos protegidas. Durante la pandemia, a menudo los fondos asignados para abordar la violencia contra la mujer se han desviado y los servicios para las mujeres han disminuido. El aumento de los desastres climáticos también crea situaciones inseguras para las mujeres y niñas que deben elegir rutas alternas aisladas para obtener alimentos y agua para sus familias. Además, comunidades y culturas enteras carecen de programas de estudios y sistemas educativos que ayuden a transformar las actitudes, normas y políticas que afectan negativamente a las mujeres y las niñas. Finalmente, afirmamos que las mujeres y niñas son capaces de tomar sus propias decisiones.
Algunas de nuestras recomendaciones clave para los gobiernos incluyen:
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Colaborar con la sociedad civil, incluidos los grupos religiosos como el nuestro, que ya están abordando la violencia de género con programas de estudio e iniciativas de empoderamiento.
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Brindar a las niñas y mujeres acceso igualitario y equitativo a una educación de calidad, capacitación vocacional y oportunidades laborales, incluso en los campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas).
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Comprometerse a garantizar que las niñas terminen los estudios de secundaria, lo que aumenta las tasas de supervivencia de las niñas, futuros ingresos y disminuye la probabilidad del matrimonio infantil.
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Brindar educación a familias, niños, comunidades e instituciones sociales sobre igualdad y equidad de género.
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Abrir espacios para la participación de mujeres y niñas en la toma de decisiones y negociaciones en todos los niveles de gobierno e instituciones.
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Proporcionar acciones educativas apropiadas basadas en el género para desmontar las actitudes, normas, prácticas y políticas patriarcales y culturales que perjudican a las niñas y mujeres.
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Reconocer que las mujeres y las niñas tienen la capacidad de representarse a sí mismas y de ser parte de la toma de decisiones y la resolución de sus problemas.
CSW65 Foro de la sociedad civil
Lisabeth Kelly se centró en eventos relacionados con la educación, la equidad, la participación pública y el empoderamiento de las niñas; mientras que Sheila Smith se centró en eventos sobre participación y toma de decisiones en la vida pública y empoderamiento de mujeres migrantes e indígenas. A continuación la descripción de algunas llamadas importantes que hicieron eco en todo el foro y que pueden ayudarnos a avanzar a partir de la pandemia mundial:
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Garantizar la igualdad de acceso a nivel mundial para las mujeres y las niñas a la tecnología digital y la capacitación, especialmente en zonas rurales y entre las poblaciones migrantes.
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Aprender de la pandemia mundial e innovar nuevas modalidades de educación contextualizadas que den prioridad a las mujeres y niñas que ya estaban en desventaja antes de la pandemia y que ahora corren el riesgo de no regresar para nada a la escuela.
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Reconocer la capacidad de las mujeres y las niñas como agentes de cambio y priorizar su participación en el liderazgo y la toma de decisiones.
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Integrar enfoques de educación basados en el género, es decir, educación-servicios de salud-acceso al agua e higiene y comunidad-escuela-familia.
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Los fondos para abordar el problema mundial de las mujeres y niñas indígenas desaparecidas y asesinadas deben ser administrados por los gobiernos indígenas y especialmente por las propias mujeres.
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Fomentar la expansión de la infraestructura con miras a aliviar las restricciones que enfrentan las niñas para acceder a la educación.
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Identificar la pluralidad de necesidades y contextos que experimentan las mujeres y las niñas y trabajar para asegurar que las soluciones propuestas tomen en cuenta estas diferentes necesidades.
Copatrocinado Evento paralelo.
El lunes 15 de marzo, la Sociedad copatrocinó el evento:
"Violencia doméstica:
violencia de género y
degradación de nuestra casa común"
El evento incluyó presentaciones de paneles en inglés y español desde Papua Nueva Guinea, Perú, Argentina y Australia. Se puede ver una grabación de la presentación del panel en la página de Facebook de Mercy International Association. (Asociación Internacionade la Misericordia.)
Resultados de CSW65
La convocatoria a la educación aparece 44 veces en las 64 conclusiones acordadas de la 65ª Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (Agreed Conclusions of the 65th Commission on the Status of Women (CSW65)). Entre estos resultados, a continuación leemos en la conclusión número 33:
La Comisión reconoce que el progreso en el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas y el pleno disfrute de sus derechos humanos, se ha visto frenado debido a la constancia de relaciones de poder históricas y estructurales desiguales entre mujeres y hombres, la pobreza y las diferencias y desventajas en el acceso, propiedad y control de los recursos, brechas crecientes en la igualdad de oportunidades y acceso limitado a los sistemas de protección social y los servicios públicos, incluidos aquellos universales de salud y educación, violencia de género, leyes y políticas discriminatorias, las normas sociales y los estereotipos de género y el reparto desigual del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Destaca la urgencia de eliminar esas barreras estructurales para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas, lo que se traduce en su participación y toma de decisiones plenas y efectivas en la vida pública.
Sheila Smith rscj Lisabeth Kelly
UN-NGO representante UN-NGO Voluntaria