El 27 de septiembre es la
Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.
IImpulsados e impulsadas por nuestro carisma y misión
como educadores y educadoras del Sagrado Corazón
para vivificar la esperanza en nuestro mundo herido,
somos llamados y llamadas a ser solidarios y solidarias
con “las personas en movimiento”.
Ser Artesanas de Esperanza en Nuestro Mundo Bendecido y Roto, p. 23
El tema elegido por el Papa Francisco para la 106ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado es “Como Jesucristo, obligados a huir”, y este año se centrará en el cuidado pastoral de los desplazados internos (DI).
"En la huida a Egipto, el niño Jesús experimentó, junto con sus padres, la trágica condición de desplazado y refugiado, «marcada por el miedo, la incertidumbre, las incomodidades (cf. Mt 2,13-15.19-23). Lamentablemente, en nuestros días, millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad. Casi cada día la televisión y los periódicos dan noticias de refugiados que huyen del hambre, de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna para sí mismos y para sus familias» (Ángelus, 29 diciembre 2013). Jesús está presente en cada uno de ellos, obligado —como en tiempos de Herodes— a huir para salvarse. Estamos llamados a reconocer en sus rostros el rostro de Cristo, hambriento, sediento, desnudo, enfermo, forastero y encarcelado, que nos interpela (cf. Mt 25,31-46). Si lo reconocemos, seremos nosotros quienes le agradeceremos el haberlo conocido, amado y servido."