Reducción de la Pobreza y el hambre a través de la asociación en Proyectos Educativos
La sesión final del Laboratorio de los ODS del JCoR 2024 concluyó el 29 de julio de 2024. El Laboratorio, que se celebró junto con el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible, reunió a líderes religiosos católicos y socios para compartir ideas sobre enfoques eficaces para lograr el desarrollo sostenible en sus respectivos países. Esta sesión final se centró en el ODS n.° 1: erradicar la pobreza.
Margaret Mwarili RSCJ, nuestra representante del Sagrado Corazón en la ONU, fue una de las oradoras que participaron en este evento. Nos complace compartir su presentación del evento, donde habló sobre la Reducción de la Pobreza y el Hambre a través de la asociación en Proyectos Educativos a continuación.
Haga clic aquí para ver la grabación de la sesión del JCoR.
Introducción
Mi nombre es Margaret Mwarili. Soy la representante de la Sociedad del Sagrado Corazón en las Naciones Unidas. Nuestra congregación presta su servicio en 45 países, centrándose principalmente en la educación de los jóvenes. Trabajamos en escuelas, en centros de salud, trabajamos con migrantes, y llevamos a cabo trabajo pastoral y trabajo de abogacía. Aquí comparto nuestro compromiso en la implementación del ODS 1 y el alcance de esta implementación en otros ODS, con particular atención en nuestro trabajo en Kenia.
Proyectos Educativos en Asentamientos Informales
En Kenia, nuestros ministerios cooperativos están en asentamientos informales donde viven personas con escasos recursos. En Nairobi, por ejemplo, prestamos servicios en Kibera, la barriada más grande al sur del desierto del Sahara, donde muchos viven en condiciones de pobreza extrema. Nuestro compromiso comenzó en 1992 con un pequeño programa de alimentación. Una de nuestras hermanas, una trabajadora social, inició un programa para rescatar a los niños y las niñas de las calles. Les proporcionamos desayuno, almuerzo y lecciones de educación básica. Este programa evolucionó hacia la educación formal y más tarde hacia un plan de estudios formal registrado en el Ministerio de Educación.
Crecimiento y desarrollo
El proyecto comenzó con unos pocos niños y niñas y creció hasta convertirse en una escuela que ahora cuenta con un alumnado de 600 efectivos menores de 18 años, niños y niñas de la calle. La alimentación del alumnado es una de nuestras dificultades; buscamos donantes. El Programa Mundial de Alimentos nos proporciona cereales y UNICEF legumbres. También encontramos donantes que financiaron actividades extracurriculares y los sueldos del personal. Con el tiempo, el entorno de aprendizaje mejoró, pasando de aulas de barro a aulas construidas con madera y a estructuras permanentes. Care International y la Compañía de Jesús apoyaron en la mejora del entorno de aprendizaje.
Redes y asociaciones
Hermanamos nuestra escuela en Kibera con nuestras otras escuelas en los países desarrollados para aumentar las matrículas de los estudiantes. Colaboramos con los Padres Jesuitas para las admisiones a la escuela secundaria y con el Opus Dei para las prácticas universitarias. Los donantes continuaron apoyando la educación secundaria y universitaria de nuestros estudiantes. Nuestros esfuerzos ayudaron a muchos niños y niñas a abandonar las calles, les preservaron del hambre y les proporcionaron una educación de calidad, lo que permitió a algunos de ellos sacar a sus familias de los asentamientos informales una vez que tuvieron empleo.
Apoyo a la autosuficiencia
Para quienes valorarban regresar a sus aldeas, se proporcionó semillas, fertilizante y ovejas alpinas para la leche. Durante la pandemia, apoyamos a las pequeñas empresas de las familias afectadas por las interrupciones económicas. Nos asociamos con varias organizaciones, incluyendo PMA, UNICEF, Care International y DKA, y trabajamos en estrecha colaboración con los Padres de Guadalupe en la parroquia para recaudar fondos para varios proyectos escolares, biblioteca, materiales didácticos, etc. A medida que se reduce el apoyo de los donantes, alentamos a las familias a contribuir a la educación de sus hijos
Expansión a Eldoret
En respuesta a los efectos y desafíos de los enfrentamientos tribales de 2007/2008, estamos estableciendo un proyecto similar en Eldoret, para servir a los niños y niñas de la barricada de Langas y absorber a los menores que pasan tiempo en las calles. Aquí, uno se encuentra con niños que venden pequeños artículos en mercados informales de asentamientos y manejan motocicletas para el transporte. Las niñas, cuyas familias no alcanzan en pagar la matrícula de su educación, se quedan en casa para hacer trabajos serviles, trabajan como empleadas domésticas en casas de otras personas o se enfrentan a embarazos tempranos. La mayoría de estos niños y niñas tienen sus hogares en Langas, muchos de ellos provienen de familias de madres solteras o de hogares extremadamente pobres. Estos proyectos ofrecen una educación de calidad, son una vía para para erradicar la pobreza, el hambre, o todo tipo de desigualdades. Apoyan a los jóvenes en una preparación para un trabajo decente, para mejorar la salud y trabajar por la paz y la reconciliación. Aprenden a compartir, trabajar y vivir juntos en paz.
Conclusión
A través de nuestros proyectos educativos, favorecemos la implementación de los ODS de este año; reducción de la pobreza y del hambre, brindamos educación que crea oportunidades para muchos niños y niñas. Nuestras alianzas y esfuerzos de creación de redes han sido cruciales para mantener y expandir estas iniciativas, demostrando el poder de la colaboración para lograr los ODS 1,2,3,4, 5,6,7, 10, 15,16 y 17. En la escuela futura de Eldoret hay más de 8 acres de tierra, algunos de los cuales serán utilizados por el alumnado como terreno de juego y los otros se utilizarán como jardines de demostración para la agricultura donde el alumnado aprenderá a cultivar alimentos y cuidar el medio ambiente.